“Mi confrontación con la docencia”
Soy bióloga egresada de la Universidad Veracruzana y vine al D.F. para operarme un quistecito en el párpado, ¡sólo por eso! Y cuando ya estaba bien, mi hermana empezó a decirme que intentara buscar un trabajo mientas ella movía sus influencias para que entrara a trabajar en el IMSS. Sin más le hice caso porque pensé que eso no sería posible. En realidad nunca pensé en venir a vivir a aquí. Me recomendaron llevar mis papeles al Conalep, lo hice y me contrataron, ¡sufrí mucho, es horrible quedarse sola con tantos alumnos que le está mirando y esperan que una haga todo! De esa manera entré a esta difícil tarea y me gustó; jamás pude entrar al IMSS pero no me importó. Creo que ser docente me ha hecho mucho mejor persona y profesional, a esta labor le debo todo lo que ahora soy y pueda llegar a ser, me siento muy contenta de mi trabajo, no me ha sido fácil pero, gracias a todas las personas con las que he compartido todos estos años he aprendido muchos en muchos aspectos de la vida, no sólo en lo profesional: los cursos que he tomado los y las compañeras, los y las amigas que tengo, los y las alumnas han contribuido enormemente en la construcción de lo que ahora tengo y soy.
Las experiencias con los estudiantes que llegan a confiar en mí, que me piden o me dan un consejo, sus ansias de aprender y progresar, otros que no saben hacia donde ir y que yo he podido orientar un poco, me llenan de satisfacción. Cuando tiempo después les encuentro trabajando y me dicen que están aplicando lo que les enseñé; o que reconocen que los consejos les ayudaron en algo o, simplemente verles superarse y salir adelante por sus propios mérito es muy satisfactorio para mí.
Reconozco que no todo ha sido perfecto, he tenido muchos tropiezos, como que, por necesidad de trabajo he tenido que acepar alguna materia que no es del todo de mi perfil y que por lo tanto no domino, y que siempre he postergado ponerme a estudiar inglés o posgrado; sí he tomado todos los cursos que nos han brindado, los he concluido todos pero no más.
Soy bióloga egresada de la Universidad Veracruzana y vine al D.F. para operarme un quistecito en el párpado, ¡sólo por eso! Y cuando ya estaba bien, mi hermana empezó a decirme que intentara buscar un trabajo mientas ella movía sus influencias para que entrara a trabajar en el IMSS. Sin más le hice caso porque pensé que eso no sería posible. En realidad nunca pensé en venir a vivir a aquí. Me recomendaron llevar mis papeles al Conalep, lo hice y me contrataron, ¡sufrí mucho, es horrible quedarse sola con tantos alumnos que le está mirando y esperan que una haga todo! De esa manera entré a esta difícil tarea y me gustó; jamás pude entrar al IMSS pero no me importó. Creo que ser docente me ha hecho mucho mejor persona y profesional, a esta labor le debo todo lo que ahora soy y pueda llegar a ser, me siento muy contenta de mi trabajo, no me ha sido fácil pero, gracias a todas las personas con las que he compartido todos estos años he aprendido muchos en muchos aspectos de la vida, no sólo en lo profesional: los cursos que he tomado los y las compañeras, los y las amigas que tengo, los y las alumnas han contribuido enormemente en la construcción de lo que ahora tengo y soy.
Las experiencias con los estudiantes que llegan a confiar en mí, que me piden o me dan un consejo, sus ansias de aprender y progresar, otros que no saben hacia donde ir y que yo he podido orientar un poco, me llenan de satisfacción. Cuando tiempo después les encuentro trabajando y me dicen que están aplicando lo que les enseñé; o que reconocen que los consejos les ayudaron en algo o, simplemente verles superarse y salir adelante por sus propios mérito es muy satisfactorio para mí.
Reconozco que no todo ha sido perfecto, he tenido muchos tropiezos, como que, por necesidad de trabajo he tenido que acepar alguna materia que no es del todo de mi perfil y que por lo tanto no domino, y que siempre he postergado ponerme a estudiar inglés o posgrado; sí he tomado todos los cursos que nos han brindado, los he concluido todos pero no más.
